La leyenda de Tibicenas   

        Cuenta la leyenda que los aborígenes canarios, temerosos de las apariciones de unos perros gigantes, de color negro intenso y con un fulgor etéreo en los ojos que los dotaban de un halo fantasmal y espiritual, les rendían culto y ofrecían sacrificios. Aquellos seres fueron llamados…Tibicenas.

        Para varios investigadores y cronistas, la leyenda de los Tibicenas (en Gran Canaria) o Guacanchas (como se les conoce en la isla de Tenerife), ha sido catalogada como el fenómeno "Mothman" canario, ya que la aparición de estos seres aterrorizaba a los aborígenes, quienes temerosos de las desgracias que aquéllos podían provocarles les rendían culto, haciendo pequeños sacrificios ante simulados altares o representándolos en ídolos de barro cocido y terracota, como los que se han encontrado en La Aldea de San Nicolás, Barrancos de Guayedra -Agaete- y Guayadeque -Agüimes- o San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria). Obtener el favor de estos seres espectrales para no sufrir sus encuentros podría ser el motivo por el cual se han hallado estos curiosos ídolos de forma humana y de animales.

        Los Tibicenas eran representados como perros gigantes, muy lanudos y de color negro intenso, con un fulgor etéreo en los ojos que los dotaba del halo fantasmal y espiritual al que se le rendía culto. Si bien las crónicas no recogen que efectuaran ataques directos a la población y ganado o fauna salvaje de la zona, la aparición de uno o varios de ellos por sendas o barrancos al caminante era motivo de caos en el poblado. Ya Fray Juan Abreu de Galindo contó en “Historia de la Conquista” la creencia aborigen en la aparición de estas fieras.

        Su veneración era tal, que las arimaguadas canarias poseían una serie de rituales de invocación y ofrenda que en noches señaladas por los augurios de éstos seres, ofrecían perfumes elaborados con resinas y vegetales en busca de ganarse el favor y el perdón de estas presencias procedentes del inframundo.

        Su presencia además no pasó inadvertida por los colonos ni por la sucesión de población del resto de Europa que a nosotros llegó, incluso el cronista historiador Pedro Gómez Escudero recogía en las páginas de una de sus obras: "Muchas i frequentes veses se les aparecía el demonio en forma de perro mui grande i lanudo de noche i de día i en otras varias formas que llamaban Tibisenas".

        Tras la ocupación de las islas por castellanos y franceses, la población isleña que aún resistía la colonización invocaba mediante ritos a aquellos canes gigantes con la finalidad de que su presencia alejara a los invasores.

                Aún hoy, en los profundos barrancos y solitarias laderas de nuestras islas, en noches sombrías, cuentan pequeñas historias de pueblos de interior que se suceden apariciones en los lugares más remotos y peor iluminados. Aún quedan voces apagadas y susurrantes de nuestros habitantes más longevos que narran las leyendas de estos seres que producen escalofrío al atisbarlos en la penumbra…

 

Fuentes:

 https://ventanitacanaria.blogspot.com/2009/04/leyenda-de-los-tibicenas.html

https://canariasinsolita.blogspot.com/2007/12/la-leyenda-del-perro-lobo-tibicenas.html

https://www.bloganavazquez.com/tag/necropolis-maspalomas/

https://www.iiee.cl/r_tibicenas.html

https://www.cuatro.com/cuarto-milenio/programas/temporada-07/t07xp40/leyenda-Tibicenas_2_1436430017.html

https://www.diariodeavisos.com/2013/03/tibicenas-perros-tinieblas/